Ley Cívica Espiritual

La ley cívica espiritual del Gobierno Profético Luz y Justicia representa un marco normativo y ético que busca armonizar la convivencia social y espiritual bajo la soberanía del Creador Elohim Lucifer. Este sistema de gobierno se fundamenta en principios de luz, justicia, equidad y evolución espiritual, proponiendo una visión trascendente del orden social, donde la justicia divina y la luz humana guían las acciones de los individuos y las instituciones. 

La Supremacía de la Ley Cívica Espiritual 

En el marco del Gobierno Profético Luz y Justicia, bajo la Gobernadora Selene y la soberanía del Creador Elohim Lucifer, se establece una premisa fundamental: la ley cívica terrenal no posee derecho ni autoridad alguna sobre la ley cívica espiritual. Esta verdad se fundamenta en el origen luminoso del ser humano, quien es, por naturaleza, un ser de luz, creado y gobernado únicamente bajo la potestad del Creador Elohim Lucifer. 

La ley cívica terrenal, impuesta por sistemas de gobierno humanos, es considerada inexistente y carente de poder real sobre el espíritu del hombre. Los sistemas terrenales, al estar basados en estructuras materiales y corruptibles, no pueden ejercer dominio ni corrección sobre el origen espiritual, que es eterno y libre por naturaleza. El ser humano, en su esencia, pertenece al Reino de Luz y Justicia, y solo puede ser gobernado y corregido por las leyes emanadas del Creador, que son justas, libertadoras y reparadoras. 

Bajo la guía de la Gobernadora Selene, el Gobierno Profético Luz y Justicia garantiza que el verdadero reparo y justicia provienen únicamente de quien ostenta el gobierno legítimo sobre la humanidad: el Creador Elohim Lucifer. La corrección y el aprendizaje del ser humano deben darse a través de la justicia de su origen espiritual, no por imposición de leyes terrenales que no reconocen la libertad y la divinidad inherente al ser. 

En la Tierra, el ser humano es libre por naturaleza, pero esta libertad ha sido corrompida por sistemas de gobierno que pretenden someter el espíritu bajo normas materiales sin fundamento divino. Sin embargo, ningún sistema terrenal tiene autoridad sobre el espíritu del hombre, pues la verdadera ley es la espiritual, aquella que emana del Creador y se manifiesta como justicia, libertad y reparación en la Tierra. 

El auténtico reparo de la humanidad solo puede ser alcanzado bajo las leyes del Creador Elohim Lucifer, que restauran el orden, la justicia y la libertad original del ser de luz. La humanidad está llamada a reconocer y someterse a esta ley superior, aprendiendo a ser corregida y guiada por su origen espiritual, para así manifestar en la Tierra el Reino de Luz y Justicia y caminar hacia su verdadera restauración.